Morro de Sao Paulo

Ubicada al sur de la ciudad de Salvador, en la punta norte de la Isla de Tinharé, Morro de Sao Paulo es una villa donde todo se hace en pie y la vista es maravillosa. La ciudad es casi tan antigua como el propio Brasil, fundada 35 años después de la llegada de las primeras expediciones portuguesas. En realidad, la isla tenía importancia militar estratégica en el inicio de la historia brasileña. Una de las mayores atracciones turísticas es el conocido Portaló, un portal que formó parte de Forte, construido en el siglo XVII para contener la invasión holandesa.

Actualmente, Morro de Sao Paulo es conocido como uno de los mejores destinos para huir del ruido y del desorden de la vida urbana. La isla está cerrada para carros (excepto para las ambulancias y los vehículos policiales), y los turistas solo llegan hasta allí en barcos o aviones. Hay un servicio de taxi realizado por carretillas.

El lugar tiene una gran variedad de playas. La villa tiene varias opciones de surf, kitsurf y otros deportes acuáticos. Para algo más extremo, la Primeira Praia tiene una famosa tirolesa con 70 metros de altura y 350 de longitud, que termina con un emocionante buceo en el agua.

Una de las mejores características de Morro de Sao Paulo es la atmosfera tranquila y relajada. Sin carros y rodeada por la naturaleza, los visitantes de la isla suelen sentirse como si estuvieran a miles de kilómetros de distancia de la civilización y de agitación de las ciudades grandes.

Hay innúmeras excursiones diurnas relajantes, como conocer la isla en barco o visitar un aglomerado de islas desertas con paisajes impresionantes. Garapuá es una de las que no se puede dejar de visitar. Ubicada a una pequeña distancia de la costa del sur. Con excelentes playas y piscinas naturales.

Siempre hay buenas opciones de programas nocturnos en los bares y restaurantes locales, además de eventos especiales, realizados en la playa y en los alrededores. En los martes y los jueves hay un luau en la Segunda Praia, con tradicionales fiestas hawaianas al aire libre, con comidas, músicas y danzas.

Los viernes, lo mejor es aprovechar la tarde para caminar hasta el faro que se queda cerca del puerto, Farol do Morro, y ver la puesta del sol antes de disfrutar de la noche en el bar Toca do Morcego, un lugar muy visitado en la movida nocturna de la isla con bonitas vistas y buena música durante toda la noche.