Edimburgo

Los primeros conocimientos que se tienen sobre asentamientos en la zona de Edimburgo datan de la época romana. Se han encontrado objetos metálicos y cerámica de finales del siglo I. 

Qué ver y hacer en Edimburgo

Aunque para mucha gente Edimburgo es un mero trámite para visitar otros destinos, la capital escocesa tiene mucho que ofrecer. Descubre los lugares y las atracciones turísticas imprescindibles​ de Edimburgo.

Royal Mile

La Royal Mile es la  calle más importante de Edimburgo y comunica el Castillo, al oeste, con el Palacio de Holyroodhouse, al este

La Royal Mile (Milla Real) es la calle más famosa de Edimburgo. Como curiosidad, su longitud, 1.814,2 metros, da origen a una medida un tanto desconocida, la milla escocesa.

A lo largo de toda la calle encontraréis decenas de callejones (closes) y patios (courts). Merece la pena acceder a algunos de ellos para deleitarse del gusto medieval de la ciudad.

La Royal Mile está dividida en 6 zonas relativamente diferenciadas:

Castlehill y Castle Esplanade

Estas dos partes de la Royal Mile son las más cercanas al castillo y las más antiguas de Edimburgo, ya que éste fue el origen de la ciudad.

Junto a la puerta de entrada al castillo se encuentra Castle Esplanade, un espacio abierto utilizado en el pasado para la quema de brujas y donde hoy se celebra el Tattoo Festival.

Lawnmarket

Lawnmarket es la denominación que reciben los pocos más de 100 metros que separan The Hub (iglesia reconvertida en la sede del Festival de Edimburgo) de Bank street, llamada así por conducir al Banco de Escocia.

Debido a su cercanía al castillo, esta parte de la calle es la más saturada de tiendas de regalos. En el número 477b se encuentra Gladstone´s Land, una casa del siglo XVI que ha sido rehabilitada para las visitas.

Hasta el siglo XVII esta calle acogía un mercado de lino.

High Street

High Street es la parte más conocida de la Royal Mile. En esta zona se encuentra la Catedral de St Giles, la iglesia Tron, algunas tiendas y gran cantidad de restaurantes y pubs que, aunque tienen cierta vocación turística, también son frecuentados por los locales.

Canongate

Aunque hoy es algo que pasa totalmente desapercibido, hasta el año 1856 Canongate fue un burgo independiente. A lo largo de Jeffrey Street, entre Edimburgo y Canongate, se encontraba la muralla que dividía ambos burgos.

En la intersección de la Royal Mile con Jeffrey Street se pueden ver algunos baldosines metálicos que indican dónde se encontraba la puerta de la ciudad. En una de las esquinas se encuentra el pub The World's End, llamado así porque para mucha gente de Edimburgo este punto significaba el fin del mundo, quien salía por esa puerta probablemente nunca volvía a entrar.

Cuando cae la noche, el tramo de Canongate se queda bastante desierto, por lo que es mejor recorrerlo durante el día.

Abbey Strand

Este pequeño tramo de la Royal Mile conduce desde el final de Canongate, donde se encuentra la Plaza de Parlamento, hasta el Palacio de Holyroodhouse.

Castillo de Edimburgo

El Castillo de Edimburgo es una antigua fortaleza que compone uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, además de uno de los más visitados.

Con más de un millón de visitantes al año, el castillo se alza imponente sobre la colina de Castle Hill ofreciendo unas majestuosas vistas del centro de la ciudad.

Con tres de sus lados protegidos por escarpados acantilados, la única vía de acceso al castillo es la empinada Castlehill, en el comienzo de la Royal Mile, una de las avenidas más concurridas de la ciudad que trascurre hasta el Palacio de Holyroodhouse.

Qué ver en el Castillo de Edimburgo

El castillo está formado por un extenso recinto que necesita varias horas para ser visitado. A continuación os detallamos algunos de los puntos de interés que no podéis perderos:

Cañón de la una en punto

Todos los días a la una del mediodía (excepto los domingos) ocurre un acontecimiento muy especial en el castillo que reúne a todos los visitantes para observar una curiosa tradición que se lleva a cabo desde 1861.

A la una, con una impresionante puntualidad británica, el General de Artillería acude a disparar un moderno cañón, que hoy en día perpetúa la tradición, pero que funciona sobre todo como reclamo turístico.

En sus comienzos, el disparo del cañón indicaba la hora a los marineros y a la gente del pueblo, para que pudieran sincronizar sus relojes (si los tenían). Otro de los dispositivos públicos utilizados con esta finalidad era la bola del tiempo que se instaló en el Monumento a Nelson en 1861, pero los días de niebla no resultaba muy eficaz.

Capilla de Santa Margarita

Construida en memoria de la madre de David I, se trata de una pequeña capilla que, además de constituir la zona más antigua de la fortaleza, es también el edificio más antiguo de Edimburgo.

Los Honores de Escocia

Las Joyas de la Corona, conocidas como "Honours of Scotland" están compuestas por la Corona, la Espada del Estado y el Cetro, que se conservan en perfecto estado como uno de los conjuntos de atributos reales más antiguos de la cristiandad.

En la exposición también se puede contemplar la "Piedra del Destino", un símbolo muy valioso para Escocia sobre el que se coronaba a los reyes escoceses. La piedra fue robada por el rey Eduardo I de Inglaterra en 1296 y permaneció en Londres durante 700 años. Fue recientemente, en 1996, cuando el preciado símbolo regresó a Escocia.

Memorial Nacional de la Guerra de Escocia

Se trata de un edificio erigido en memoria de aquellos que perdieron la vida en los conflictos acaecidos desde la I Guerra Mundial.

Mons Meg

Este enorme cañón de asedio del siglo XV es muestra de la potencia de fuego que poseía la imponente fortaleza durante el reinado de Jacobo II de Escocia. Fue utilizado durante la guerra contra los ingleses.

Prisiones de guerra

A través de la recreación de las prisiones de guerra se puede observar cómo malvivían hacinados en los sótanos del castillo los prisioneros que fueron capturados.

Si tenéis tiempo suficiente, el castillo tiene mucho más que ofrecer a sus visitantes, como el Museo Nacional de la Guerra, las habitaciones del Palacio Real, la cárcel militar, e incluso un pequeño cementerio en el que se enterraba a los perros del ejército.

El corazón de la ciudad

La visita al Castillo de Edimburgo es una de las más importantes de la ciudad y necesitaréis varias horas para recorrerlo, pero será un tiempo bien invertido. Además del gran interés que despiertan la mayoría de las exposiciones, las vistas que se consiguen desde lo alto de la colina son prácticamente las mejores de la ciudad.

Palacio Holyroodhouse

El Palacio de Holyrood es una joya de la arquitectura clásica con una impresionante decoración barroca en su interior.

Situado en uno de los extremos de la Royal Mile, el Palacio de Holyroodhouse, conocido como Palacio de Holyrood, continua siendo hoy en día la residencia oficial de la Reina de Inglaterra en Escocia.

Fue a partir de la Edad Media cuando los reyes cambiaron el frío Castillo de Edimburgo por la confortable abadía de Holyrood. En 1503 Jacobo IV ordenó la construcción de la primera residencia y, años después, Jaime V hizo construir la torre en la que viviría la Reina María Estuardo entre los años 1561 y 1567.

Fue un siglo más tarde cuando Carlos II lo transformó en uno de los palacios más admirados de Escocia.

La visita

Durante la visita al palacio podréis deleitaros con las suntuosas salas de ceremonia que preceden a los apartamentos reales.

La decoración del Palacio Holyroodhouse exhibe una gran riqueza gracias a los muebles de época, los preciados tapices y diferentes retratos reales, antes de llegar hasta el imponente dormitorio real, que aún se utiliza.

Una de las salas del Palacio de Holyrood que destaca por su gran tamaño es la "Great Gallery", con 44 metros de longitud, en la que aún se conservan 96 retratos de los miembros de la dinastía. La Reina continúa utilizando este gran salón para realizar las recepciones oficiales.

En la parte más antigua del castillo, se puede visitar la torre en la que se encuentran los apartamentos en los que vivió María Estuardo.

Holyrood Abbey

La abadía agustina de Holyrood, edificada en el siglo XII, se encuentra ubicada en los terrenos del Palacio de Holyrood y, aunque en la actualidad se encuentra en ruinas, continúa siendo un lugar romántico y misterioso.

Scotch Whisky Experience

La Scotch Whisky Experience es un peculiar "museo" en el que podréis aprender paso a paso cómo se elabora el whisky y aprender a diferenciar los distintos sabores con una cata guiada

La visita

El viaje a través del mundo del whisky comienza a bordo de una barrica (como si fuera un parque de atracciones) que realiza un recorrido por las diferentes etapas de la elaboración del whisky.

Mediante algunos videos se puede ver cómo la elaboración comienza con la cebada y, después de un largo proceso en el que se incluyen la destilación y la fermentación, finalmente el whisky pasa a ser almacenado en barricas y después en botellas.

Después del ilustrativo paseo en barrica os explicarán las diferentes áreas de Escocia que producen distintos tipos de whisky, os enseñarán a diferenciarlos por su olor (algo difícil), y os darán un vasito para degustarlo.

Para finalizar la visita podréis ver la colección de whisky más grande del mundo, compuesta por botellas de diferentes épocas y formas muy peculiares.

Si os gusta especialmente el whisky o queréis entrar en calor, podréis realizar una cata más elaborada antes de finalizar la visita.

El agua de la vida

Aunque todos sabemos que el whisky no es una bebida moderna, muchos se sorprenderían al saber que los primeros datos encontrados sobre una destilería de whisky de elaboración casera se remontan al año 800 a.C.

El primer registro escrito que se puede encontrar acerca del whisky escocés data de 1494. En aquella época era conocido como “aquavitae”, el agua de la vida, que traducido al gaélico es “uisge beata”, “uisge” para abreviar, que en inglés es el whisky.

Catedral de St Giles

Situada en la Royal Mile, en un punto intermedio entre el Castillo y el Palacio de Holyroodhouse, la Catedral de San Giles fue erigida sobre un santuario del siglo IX.

La Catedral de San Giles fue erigida sobre un antiguo santuario construido en el siglo IX, para ser consagrada al patrón de los leprosos.

Después de la Reforma, el edificio fue objeto de continuas remodelaciones y hoy en día se contemplan los restos de diferentes épocas. La reforma más grande se llevó a cabo después de que la iglesia sufriera un incendio provocado por los ingleses en 1385 tras el cual, en el siglo XV, fue reconstruida con un estilo gótico.

Un detalle curioso es que, aunque es conocida como la Catedral de Edimburgo, en realidad la iglesia no ostenta tal título, ya que carece de obispo.

 La Catedral de Edimburgo por dentro

Una vez en el interior de la Catedral de San Giles, resultan curiosos los diferentes colores y texturas de los techos, que dejan constancia de que la iglesia está hecha de "retales" que le aportan un aspecto tan encantador.

Aunque en sus comienzos la catedral presentaba una planta de cruz, la posterior construcción de las capillas laterales terminó por ocultar esta forma.

Uno de los detalles que suelem llamar la atención en el interior de la Catedral de St Giles, son las preciosas vidrieras que proyectan una acogedora luz sobre el templo desde que fueron colocadas en el siglo XIX.

En la nave central se puede ver una estatua de John Knox, líder de la Reforma escocesa e importante predicador que se convirtió en el primer pastor protestante de la catedral.

La Capilla del Cardo

En un rincón alejado de la puerta, se encuentra situada una de las partes más importantes de la catedral, conocida como la Capilla del Cardo (Thistle Chapel). Construida bajo las órdenes de los Caballeros de la Orden del Cardo entre 1909 y 1911, se trata de una acogedora y elegante capilla realizada con un estilo gótico muy peculiar.

Rodeando el techo de la Catedral de Edimburgo se pueden ver angelitos tocando diferentes instrumentos y, como no podía ser de otra forma en Edimburgo, uno de ellos aparece tocando la gaita.

CASTILLO DE EDIMBURGO





PALACIO DE HOLYROOD

CUNA DEL WHISKY