Intensidad, energía y grandeza. Moscú es una ciudad que transmite emociones y enamora a sus visitantes con su encanto y una personalidad camaleónica capaz de crear una excelente mezcla entre modernidad e historia.
Imponentes templos, majestuosos edificios y espacios de dimensiones mastodónticas. Moscú es una ciudad de ensueño con un paisaje urbano que constituye un fiel reflejo de la turbulenta historia que ha definido la trayectoria del país.
En Moscú aún se sienten los restos de la Rusia comunista como una fría y suave caricia a cada paso por la ciudad, embriagando a los visitantes con la magia de lugares como la mítica Plaza Roja, el imponente recinto del Kremlin o la hermosa Catedral de San Basilio.
Qué ver en Moscú
Moscú es una ciudad apasionante que destila historia en cada uno de sus monumentos y lugares de interés. Descubre las visitas imprescindibles de Moscú para sacar el máximo partido a tu viaje.
Kremlin de Moscú
Centro administrativo y religioso de la ciudad, el Kremlin es el corazón la ciudad además de una de las atracciones más emblemáticas no solo de Moscú, sino de toda Rusia. Se trata de un lugar histórico único en el mundo declarado Patrimonio de la Humanidad.
Construido en el siglo XII como una ciudad medieval con instalaciones de madera, el Kremlin fue creciendo hasta convertirse en un recinto majestuoso, sede del Principado de Moscú.
La palabra Kremlin significa ciudad fortificada. En Rusia es posible encontrar varios kremlin que se conservan en el corazón de algunas ciudades medievales que en la actualidad se han expandido alrededor de las murallas.
El recinto del Kremlin de Moscú cuenta con una superficie total de 27 hectáreas enmarcadas por 2.500 metros de murallas unidas por 20 torres de hasta 80 metros de altura.
Los elementos más representativos del Kremlin son sus murallas rojas y las veletas con forma de estrella roja que se encuentran sobre las torres.
Qué ver en el Kremlin
En el interior del recinto del Kremlin de Moscú nos encontramos con museos, edificios históricos e iglesias, además de algunos otros edificios que por lo general no se visitan como el Gran Palacio del Kremlin, el Palacio Estatal del Kremlin y la Residencia Presidencial.
Catedral de la Asunción
También conocida como la Catedral de la Dormición, la Catedral de la Asunción es un imponente templo construido en piedra blanca coronado por cúpulas doradas, cuyo interior está decorado con coloridos murales y valiosos iconos.
Catedral de la Anunciación
Construida entre los siglos XIV y XVIII, la Catedral de la Asunción fue diseñada y decorada al gusto de los zares que se fueron sucediendo.
Catedral del Arcángel
Construida entre 1505 y 1508 para ocupar el lugar de otro templo más antiguo, la Catedral del Arcángel cuenta con una intensa decoración formada por bellos frescos de los siglos XVI y XVII, además de llamativos iconos y hermosas lámparas.
Museo de la Armería del Kremlin
Con una rica colección compuesta por todo tipo de tesoros reales, la Armería del Kremlin es uno de los mejores museos del mundo en su estilo. A lo largo de las exposiciones podemos ver joyas, ropa, armas y armaduras, o algunos de los valiosos Huevos Fabergé.
Campanario de Iván el Grande
Levantándose como un gigante de 80 metros sobre la Plaza de las Catedrales del Kremlin, el Campanario de Iván el Grande fue la construcción más elevada de Moscú durante más de 400 años. En su interior se puede visitar un museo y contemplar la ciudad a vista de pájaro desde su mirador.
Imprescindible
El Kremlin es una de las atracciones más importantes de Moscú y de toda Rusia, por lo que se trata de una visita prácticamente obligada durante un viaje a Moscú.
Es importante tener en cuenta que es muy común confundir el Kremlin de Moscú con la Plaza Roja y la Catedral de San Basilio, pero no tienen nada que ver entre sí y se pueden visitar por separado.
Plaza Roja de Moscú
Conocida a nivel mundial por su grandiosidad y la belleza de sus construcciones, la Plaza Roja de Moscú es el corazón y el alma no solo de la ciudad, sino de toda Rusia. Su rostro imponente e impasible es capaz de cautivar a sus visitantes, haciendo saltar más de una lágrima.
Es común pensar que el nombre de la plaza proviene del color rojo predominante en sus edificios, o bien del hecho de que se tratara del centro neurálgico del bloque comunista, pero nada más lejos de la realidad. La palabra “Krásnaya” significa rojo, pero también “bonito”, por lo que, de forma muy acertada, se le denominó “plaza bonita”.
A lo largo de los años la Plaza Roja de Moscú ha mantenido su atenta mirada siendo testigo de numerosos eventos históricos que marcarían el destino del país. Símbolo del poder imperial y de la antigua Unión Soviética, la plaza fue el centro de uno de los conflictos que enfrentarían a dos de las principales potencias mundiales en un conflicto que marcaría la historia de la humanidad.
Qué ver en la Plaza Roja
La Plaza Roja está delimitada por cuatro imponentes construcciones. Una de las más destacadas y centro de las miradas de todos los visitantes es la Catedral de San Basilio. Este hermoso templo de peculiar aspecto y colores inimaginables es el tesoro más preciado del país y su imagen más representativa.
En el lado opuesto a la Catedral de San Basilio se encuentra el imponente edificio rojo que ocupa el Museo de Historia Nacional.
Durante el periodo de la Unión Soviética la Plaza Roja de Moscú se convirtió en el escenario ideal para los desfiles militares, por lo que se eliminaron los obstáculos que aparecieron al paso de los tanques. Entre las construcciones afectadas se encontraba la Catedral de Kazán, que desafortunadamente fue demolida para que dejara de molestar.
Uno de los laterales de la Plaza Roja está enmarcado por la muralla del Kremlin, uno de los espacios más imponentes de Moscú en el que se encuentra la antigua residencia del zar. Justo enfrente del Kremlin se encuentran las impresionantes Galerías GUM, unos lujosos grandes almacenes construidos a finales del periodo imperial.
El interesante panorama de la Plaza Roja de Moscú se completa con otras dos construcciones de menor tamaño, pero repletas de interés. Se trata de la acogedora Catedral de Kazán y el peculiar Mausoleo de Lenin, donde se puede ver el cuerpo del líder embalsamado.
Catedral de San Basilio
Construida entre 1555 y 1561 bajo el encargo de Iván el Terrible, la Catedral de San Basilio es el símbolo de Moscú y de toda Rusia, una construcción de ensueño digna del mejor de los cuentos de hadas.
La Catedral de San Basilio es una orgullosa superviviente que, alzándose majestuosa en medio de las construcciones cuadriculadas y monocromas que caracterizaron el periodo comunista, se ha mantenido en pie reponiéndose tras varios incendios, escapando de la invasión de Napoleón y huyendo del cruel plan de demolición de Stalin que llegó a destruir algunos templos como la Catedral de Cristo Salvador.
Una construcción emblemática
Llamando la atención como una peculiar tarta de colores coronada por hermosas y coloridas cúpulas de diferente diseño, la Catedral de San Basilio es el edificio más conocido de Moscú y su visión compone un auténtico espectáculo para los sentidos tanto de día como de noche, ofreciendo una inolvidable imagen de postal para todo aquel que visita la ciudad.
Una vez en el interior nos encontramos con un templo de reducidas dimensiones compuesto por un laberinto formado por nueve capillas profusamente decoradas entre las que se encuentra una torre central que se eleva a modo de campanario.
Uno de los tesoros más preciados de Moscú
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Catedral de San Basilio es uno de los tesoros más preciados de Moscú, una construcción maravillosa que a lo largo de sus 500 años ha visto pasar la historia de la ciudad ante sus ojos manteniéndose impasible.
Durante una visita a Moscú es común pasar por la catedral en numerosas ocasiones, siendo recomendable disfrutar de ella tanto de día como de noche, ya que se encuentra hermosamente iluminada. Si bien se trata de uno de los lugares imprescindibles de Moscú, la visita al interior es algo opcional, ya que no destaca especialmente.
Es común confundir la Catedral de San Basilio de Moscú con parte del Kremlin, ya que se encuentra localizada justo al lado, pero ambas construcciones no tienen nada que ver entre sí. Además del Kremlin, en las inmediaciones de la Plaza Roja también se pueden ver otras atracciones de interés turístico como son el Mausoleo de Lenin y el Museo de Historia Nacional.
Teatro Bolshói
Construido en 1825, el mítico Teatro Bolshói de Moscú cuenta con una enorme riqueza artística y cultural que lo convierte en el teatro de ballet y ópera más conocido de Rusia, además de uno de los más importantes a nivel mundial.
Echando la vista atrás
Tan solo 28 años después de su construcción el histórico Teatro Bolshói se vería sumido en un devastador incendio que dejaría el interior reducido a cenizas, por lo que se hizo necesario un intenso trabajo de reforma y restauración. Este no sería el único gran incendio que sufriría el teatro, que tras volver a arder durante más de una semana tuvo que ser reconstruido de nuevo.
Posteriormente, a lo largo de los últimos años se han llevado a cabo importantes reformas cuidando al máximo cada detalle y trabajando de forma artesanal para convertir el mítico teatro en uno de los técnicamente mejor equipados del mundo respetando al máximo su decoración original.
Un paseo entre bambalinas
La imponente fachada del Teatro Bolshói envuelve un interior con un ambiente espacioso y lleno de luz y color dotado de una elegante decoración en terciopelo rojo y estuco dorado con un suntuoso mobiliario.
A lo largo de su historia el escenario del Bolshói ha tenido el placer de presenciar el estreno de algunas de las obras clásicas más prestigiosas de la historia como son El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente, El Cascanueces o Romeo y Julieta.
Mejor desde el exterior
Para conocer el interior del teatro, si tenéis tiempo y presupuesto suficiente, lo más recomendable es comprar entradas para una función.
Las visitas guiadas al teatro no son una opción muy recomendable, ya que solo se realizan una vez al día en inglés o en ruso.
Catedral de Kazán
Localizada junto al Museo de Historia Nacional, en la Plaza Roja, la Catedral de Kazán de Moscú es un templo ortodoxo de pequeñas dimensiones que a primera vista podría pasar desapercibido, pero su encanto radica especialmente en la sencillez de sus rasgos.
Echando la vista atrás
La Catedral de Kazán fue construida en 1612 para celebrar el final de la invasión polaca. En un primer momento fue construida en madera, pero, tras quedar destruida casi por completo durante un incendio, fue reconstruida en ladrillo.
Años después, en 1936, Stalin decidió que las iglesias de la plaza eran un estorbo para los desfiles militares, por lo que encargó una “limpieza” que acabaría con la demolición del pequeño templo. Afortunadamente, su vecina, la Catedral de San Basilio, consiguió salvarse de este movimiento destructivo.
La catedral que se puede ver en la actualidad fue reconstruida con la ayuda de las fotografías que se tomaron antes de su destrucción, por lo que se logró una imagen bastante fiel a la del templo original.
La catedral de un vistazo
Con una hermosa fachada típica rusa decorada con ladrillos en forma de arcos, la Catedral de Kazán de Moscú está coronada por pequeñas cúpulas y un delicado campanario de dimensiones comedidas.
Una vez en el interior, nos encontramos con un templo pequeño y suavemente iluminado en el que las velas y el incienso ofrecen un ambiente acogedor que se completa aún más durante las celebraciones en las que resuenan los bellos cánticos del coro.
Uno de los templos más especiales
A pesar de su pequeño tamaño, la Catedral de Kazán es uno de los templos más hermosos y especiales de Moscú. Se trata de una visita que sorprende gracias al contraste entre el bullicioso corazón de la ciudad, y su interior acogedor y pausado.
Además de esto, su exclusiva localización en la Plaza Roja la convierte en una de las visitas imprescindibles de Moscú.
Catedral de Cristo Salvador de Moscú
Localizada en el corazón de Moscú, la Catedral de Cristo Salvador es un majestuoso templo inspirado en la Iglesia de Santa Sofía de Estambul que cuenta con una historia única y repleta de avatares digna del mejor de los relatos.
Echando la vista atrás
La Catedral de Cristo Salvador de Moscú fue construida entre 1839 y 1883 bajo el encargo del zar Alejandro I para rendir homenaje a los fallecidos en la Guerra Patriótica de 1812.
Tras la Revolución Rusa de 1917 se llevó a cabo una persecución religiosa que llevaría a la destrucción de numerosos templos, entre los que se vería incluida la Catedral de Cristo Salvador.
En 1931 Stalin ordenó la destrucción de la Catedral de Cristo Salvador utilizando explosivos, y decidió que el nuevo espacio disponible fuera ocupado por el rascacielos más alto del mundo. La imponente construcción contaría con una altura de 415 metros y estaría coronada por una estatua de Lenin de 100 metros de altura.
Afortunadamente las obras de construcción del edificio se verían interrumpidas por la invasión alemana durante la II Guerra Mundial, por lo que el proyecto nunca llegaría a llevarse a cabo.
En 1958, después del intento fallido de la construcción del rascacielos, se instaló una impresionante piscina que se convertiría (como no podría ser de otro modo) en la más grande del mundo. Contaba con agua caliente, algo que hacía posible disfrutar de las instalaciones a lo largo de todo el año.
En 1994 la piscina fue clausurada y un año después comenzaría la construcción de la Catedral de Cristo Salvador siguiendo su proyecto original. Las obras se llevaron a cabo a pasos de gigante, por lo que solo 5 años después fue inaugurada.
Recorriendo la catedral
Tras una imponente fachada de piedra y mármol blanco y bajo cinco cúpulas doradas de estilo bizantino nos encontramos con un templo de dimensiones extravagantes decorado con pedazos de granito y piedra de tonos inimaginables.
Al igual que ocurre con el resto de los templos de la ciudad, la catedral ofrece un relato histórico y está decorada con numerosos iconos, imágenes y esculturas entre las que destacan las que rinden homenaje a aquellos que dieron su vida por el país durante la guerra de 1812.
Una de las partes más interesantes de la visita es la subida a las cúpulas, que cuentan con varias terrazas exteriores desde las que se obtienen hermosas vistas panorámicas de la ciudad.
Una visita recomendable
La Catedral de Cristo Salvador de Moscú es el templo ortodoxo más alto del mundo y uno de los más importantes de la ciudad, junto con la hermosa Catedral de San Basilio. Merece la pena hacerle una visita sobre todo para disfrutar de las vistas panorámicas que ofrece.
La catedral se encuentra muy cerca del Museo Pushkin por lo que, si tenéis planeado visitarlo, podéis aprovechar esta ocasión para aprovechar el tiempo al máximo.
Mausoleo de Lenin
Construido durante el periodo soviético bajo el encargo de Stalin, el Mausoleo de Lenin es un pequeño monumento ubicado en la Plaza Roja en el que se puede ver el cuerpo embalsamado de Lenin.
A pesar del expreso deseo de Lenin de ser enterrado junto a su madre en San Petersburgo, las órdenes de Stalin al respecto fueron muy claras y contundente. Encargó que Lenin fuera embalsamado para exponerse al público, conservando su cuerpo por todos los medios posibles hasta el final de los tiempos.
El Mausoleo de Lenin cuenta con un laboratorio con su propio equipo de expertos (biólogos, bioquímicos y anatomistas) que se encargan del “servicio de mantenimiento” de Lenin. De este modo, como si se tratara de un relato futurista digno de la serie Black Mirror, el antiguo líder es “reparado” una y otra vez para mantenerse “con vida” para siempre.
Para esto, durante dos meses al año se trata el cuerpo con una solución mágica y se viste al líder con un traje nuevo, volviendo a colocarlo en su tranquilo sarcófago de cristal para continuar impasible ante los ojos de sus visitantes.
Calle Tverskaya
Unida a la mítica Plaza Roja, la calle Tverskaya es la avenida más emblemática de Moscú y una de las zonas comerciales más populares de la ciudad. Cuenta con numerosas tiendas, restaurantes y lugares de interés y se encuentra animada a cualquier hora del día.
Echando la vista atrás
A principios del siglo XVIII la calle Tverskaya se convirtió en una de las zonas más populares de la ciudad y la clase acomodada comenzó a instalarse allí. Durante el siglo XX la calle sufriría su mayor remodelación, cuando bajo el encargo de Stalin se derribaron algunos edificios para ampliar las aceras y proporcionar mayor monumentalidad a la avenida.
Durante esta peculiar remodelación, algunos edificios que se encontraban “en medio” de los planes de Stalin lograron salir con vida gracias a un sistema de rieles que logró mover algunos edificios completos sin causarles daño.
Qué ver
La calleTverskaya es una de las principales arterias de la ciudad y a lo largo de sus 1.600 metros de longitud es posible encontrar numerosos puntos de interés. Además de contar con todo tipo de comercios ideales para darse algún capricho, merece la pena prestar atención a los siguientes lugares:
Hotel Nacional: Construido a principios del siglo XX, el elegante Hotel Nacional se convirtió en uno de los mejores hoteles de la época gracias a que contaba con las más modernas comodidades, una excelente ubicación y una espléndida decoración.
Duma Estatal: Símbolo del inmenso poder soviético, esta mole de hormigón se colocó sobre los restos de una antigua iglesia y varios edificios del siglo XVII que fueron derribados para hacerle sitio al edificio del gobierno.
Club Inglés: En el número 21 se encuentra el único palacio de la calle que no ha sufrido ninguna reconstrucción. En 1831 se convirtió en uno de los edificios más emblemáticos de la zona cuando se instaló el Club Inglés, un importante club social de élite. Actualmente alberga el Museo de Historia Contemporánea de Rusia.
Hospedería Sávvinskoie: En el número 6 nos encontramos con una construcción con una historia con final feliz. Construido con un estilo moderno con aspecto de palacete, este edificio de 23.000 toneladas fue desplazado 50 metros mientras sus habitantes dormían.
Ayuntamiento de Moscú: En el número 13 se alza un imponente edificio rojo que se construyó en 1782 para el general-gobernador de Moscú. Al igual que sus vecinos, este edificio también fue desplazado 13 metros para permitir la ampliación de la calle.
La principal arteria de la ciudad
La calle Tverskaya fue la primera avenida en contar con servicio de alumbrado eléctrico y la pionera en permitir el paso de tranvías. Se trata de la calle con más historia de Moscú y lo más común es pasar varias veces por allí durante una visita a la ciudad.
Galerías GUM
Localizadas en pleno corazón de Moscú, en la mítica Plaza Roja, las Galerías GUM, también conocidas como Almacenes GUM, son el centro comercial más importante de Rusia, un espacio lujoso y elegante que compone uno de los principales puntos de interés de Moscú.
Echando la vista atrás
El centro comercial fue construido en 1890 y en 1921 se nacionalizó bajo el encargo de Lenin para convertirse en uno de los espejos que reflejarían fielmente la historia de Moscú. Tiempo después de su inauguración, las Galerías GUM verían llorar a Stalin en público por primera vez, además de ver por sus pasillos a la élite del Partido Comunista en busca de artículos de lujo. En su época de esplendor llegaron a contar con más de 1.200 tiendas en sus instalaciones.
Durante el periodo soviético el centro comercial fue nacionalizado y en sus instalaciones se construyeron viviendas comunales, pero con el fin de la Unión Soviética las galerías volvieron a pasar a manos privadas.
Las Galerías GUM de un vistazo
Con un serio semblante que forma parte del inigualable panorama de la mítica Plaza Roja, las Galerías GUM son el centro comercial más importante de Moscú y uno de los principales lugares de interés de la ciudad.
La imponente fachada de más de 240 metros de longitud es una de las imágenes más representativas de Moscú, pero esto es solo un llamativo y sólido envoltorio que da paso a sus majestuosos interiores repletos de luz y color.
Como cabría esperar, la mayor parte de las tiendas de los Almacenes GUM son de alta gama y están fuera del alcance de la mayoría de los bolsillos, pero resulta un auténtico placer pasear por sus elegantes instalaciones contemplando refinados escaparates en los que se mima al máximo cada detalle.
En medio del lujo de las galerías se pueden encontrar algunas tiendas de regalos y suvenirs, además de algunos restaurantes totalmente asequibles y varios quioscos en los que se sirven los helados típicos de las galerías.
Imprescindible
Los Almacenes GUM de Moscú son mucho más que un centro comercial, uno de los principales lugares de interés de Moscú y un auténtico referente para todos aquellos que visitan la ciudad.
En las galerías hay algunos restaurantes que cuentan con una terraza en plena Plaza Roja, por lo que, si podéis permitíroslo, merece la pena invertir algo de dinero para disfrutar de la comida con una de las mejores vistas de la ciudad.